Su trabajo hace millonarios a los demás (VIDEO)

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NUEVO LAREDO.- Con lágrimas de felicidad que bajan por su rostro cansado y acumulado de años, Don Enrique comparte su alegría de cumplir 50 años de vender boletos de lotería, dando suerte y dicha a quienes se han convertido en sus clientes fieles.

Este hombre originario del estado de Durango, relata sus inicios en la venta de cachitos el cual según dice “fue un golpe del destino”, ya que al llegar a Nuevo Laredo en el año de 1965 decidió experimentar este negocio para sacar adelante a su familia.

Enrique Rueda Salazar, es el nombre completo de este “boletero de la suerte”, famoso en la ciudad y reconocido por quienes han tenido la fortuna de sacarse el premio gordo.

“Una de las anécdotas que recuerdo es cuando ya me quedaba un boletito por vender y me acerqué con un señor, pero me dijo no traigo dinero, entonces se lo di y le dije que después me lo pagara, sin pensar que sería el del premio mayor. Ahora ese hombre me visita muy seguido para agradecerme la suerte que un día traje a su vida”, dice Salazar.

No todas las historias que Don Enrique recuerda son buenas, ya que asegura que dentro del negocio de la lotería el cliente no tiene la obligación de darle una remuneración a quien le vendió el boleto, sin embargo hay quienes ni las gracias le han dado.

“He tenido satisfacción dentro de la venta, pero dentro de los premios que he vendido hay gente demasiado injusta, se sacan 240 millones de pesos y sin darme las gracias”, expresó.

Aun así, este famoso vendedorde boletos de lotería no se da por vencido, y aun con sus pies cansados, sus pasos cortos y su edad avanzada, esto no es obstáculo para continuar en la venta que durante mucho tiempo le permitió darle una vida digna a su familia.

Enrique tiene una hija, a la que sacó adelante gracias a los boletos que vendía, luego de quedar viudo cuando su pequeña tenía 8 años de edad.

“A mi hija le di lo que pude dentro de lotería nacional. Cuando estaba chiquita me la llevaba a vender conmigo, o a veces la dejaba encargada en lo que hacía mis rutas. Le di su profesión,  ahora es toda una mujer y  le ha ido muy bien en su trabajo”, asegura Enrique.

Su anhelo es tener vida y salud para seguirle dando a la gente un “cachito de suerte” y contribuir a cambiarles vidas a las personas, ya que destaca que ama su profesión y le gusta hacer feliz a los demás.

 “Para mí es una satisfacción como vendedor ambulante que ustedes tomen en cuenta mi labor, quiero seguirle de frente desde las 5:00 de la mañana tomando mi café, arreglando mis boletitos y salir a vender, es muy laborioso mi trabajo, pero yo sin hacer nada me siento inútil, esto es parte de mi vida”, comentó.

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