El arzobispo argentino Héctor Aguer se quejó de las limosnas “miserables” que dejan los fieles y justificó así el presupuesto de 6.5 millones de dólares que destina el gobierno al pago de salarios de la Iglesia católica.
“La Iglesia no podría prescindir de eso, es un aporte importante, porque existe una deseducación entre los fieles católicos, que aportan muy poco. La limosna que se recibe en la misa es una colecta miserable”, dijo Aguer. El salario de Aguer asciende a 40 mil pesos argentinos.
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