Negligencia en muerte de Alfredo Ríos Galeana, enemigo de México en los 80

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CIUDAD DE MÉXICO.- Antes de su muerte, el 14 de diciembre de 2019, Alfredo Ríos Galeana, “El Feyo” o “Charro del Misterio”, solía tener videollamadas con su pastor evagélico radicado en Estados Unidos, al que le confiaba su vida en el penal federal de Miahuatlán, Oaxaca, en el que vivió sus últimos días.

Al ya no ser considerado un reo peligroso, quien fuera designado el “enemigo público número uno” de México, en la década de los 80, había sido trasladado de la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México, al Centro Federal de Readaptación Social Número 13, en Oaxaca.

Uno de sus familiares, que pidió no ser identificado por temor a ser molestado por autoridades, aseguró a EL UNIVERSAL que Ríos Galena falleció por “negligencia” en el penal de Miahuatlán, donde recibió una “precaria” atención médica durante cinco meses, y cuando se puso grave de la infección en la sangre, lo llevaron a un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde finalmente murió.

“Él (Alfredo Ríos Galeana) murió por negligencia médica del CEFERESO, ya que estuvo cinco meses hospitalizado en el disque hospital del penal, el cual no tienen porque nunca se le dio un medicamento, nunca se le dio nada. Las enfermeras lo trataron mal y le desearon su muerte. En cinco meses prácticamente no le hicieron nada y lo tuvieron en el vil abandono”, acusó en entrevista telefónica con este diario.

“A nosotros nos dijeron que estuvo varios días hospitalizado, lo que es una gran mentira porque él no estuvo días”, sentenció.

Dijo que las autoridades penitenciarias avisaron a la familia de Alfredo Ríos media hora antes de que él falleciera. Y relató el momento: “Primera llamada: ‘Señora, el señor Alfredo está hospitalizado’.

“Segunda llamada, a los 10 minutos: Señora necesitamos que alguien de la familia venga porque el señor está grave”.

“Tercera llamada, 20 minutos después. Se nos avisa a la familia que Alfredo Ríos Galeana había fallecido”.

“Lo entubaron cuando llegó al Seguro Social, estaba inconsciente ya sin que le pudieran hacer nada porque prácticamente llegó muriéndose por eso ya no le pudieron hacer nada. En cinco meses que él estuvo hospitalizado, en la disque clínica del CEFERESO, se trató de hablar con trabajo social para ver qué era lo que estaba pasando con Alfredo, pero nunca nos dieron información”, comentó.

Asimismo, el familiar señaló que recurrieron a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), cuyo personal se presentó en una ocasión en el penal: “Lo sacaron, creo, a una clínica a hacerle una tomografía, me imagino que al IMSS, y entre comillas todo estaba bien y de repente murió de una infección, pero a la voz de ya, cuando con él se había hablado unos días antes y estaba en perfectas condiciones ”.

Aseguró que cuando Alfredo Ríos murió “llenaron el IMSS” de policías federales porque “ni modo que alguien lo fuera sacar, sabiendo que toda su familia no está en México”.

Indicó que en el penal le permitían hacer videollamadas con su pastor evangélico, pero después las autoridades penitenciarias se las quitaron sin conocerse el motivo.

“Yo sé que para mucha gente, él fue, quizá, lo peor porque lo acusan de cosas como secuestro y violación. Lamentablemente sólo si dijo la malo, pero no se conocen cosas buenas que hizo como en el terremoto de 1985”.

“Él tenía familia y aunque haya sido lo que haya sido, fue una persona que se arrepintió, le pidió perdón a Dios y no hay ningún ser humano perfecto. No se le comprobaron asesinatos, ninguno se le comprobó, y que su banda después se haya partido y ellos hayan hecho un desmadre, eso es cosa de ellos, más no de él”, dijo.

¿Quién era Alfredo Ríos Galeana?

El martes EL UNIVERSAL informó que una sepsis (infección de la sangre) fue la causa de la muerte del delincuente Alfredo Ríos Galeana, considerado el “enemigo público número uno” de México en la década de los 80.

Alfredo Ríos Galeana nació en 1950, en el estado de Guerrero, y se dice que llegó a la edad de 17 años a la Ciudad de México, donde se enlistó en el Ejército y después pasó a formar parte de la policía.

Según información disponible, en la década de los 70 ingresó como agente del Batallón de Radiopatrullas del Estado de México, que se creó para la protección de bancos.

Como agente del BARAPEM, señalan, Ríos Galeana cometió sus primeros robos en complicidad, que después lo convertirían en el delincuente más famoso y buscado por las autoridades de la época.

En los 80, Ríos Galeana creó su propia banda especializada en robo de bancos, y tejió redes de complicidad con autoridades que le brindaron protección.

Las fugas de Ríos Galeana

En 1983 fue capturado en el estado de Hidalgo e ingresado a una cárcel de esa entidad, donde se fugaría meses después.

Luego, en 1984, las autoridades lo capturaron nuevamente, ahora en la Ciudad de México, pero se logró fugar de la penitenciaria de Santa Martha Acatitla.

Al año siguiente, lo reaprehendieron y lo encarcelaron en el Reclusorio Sur, donde dos años más tarde fue rescatado por un comando  cuando se encontraba en una audiencia en el juzgado 33.

Para no ser reconocido se sometió a cirugías plásticas y se cambió el nombre. En 2005 fue detenido en Estados Unidos, país que lo deportó a México. Ingresó al penal de máxima seguridad del Altiplano y en 2015 fue condenado a 25 años de prisión por el delito de homicidio.

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