NUEVO LAREDO.- A paso lento, con su mirada vacía, su corazón entristecido y acompañado de su vieja guitarra, Manuel Torres Aguiñaga viaja a Nuevo Laredo cada con la ilusión de encontrarse en alguna calle de la ciudad a sus hijos, aquellos que con el paso de los años lo dejaron en el olvido.
Manuel tiene 80 años de edad, y cada día del padre llega a la frontera con la esperanza de ver a alguno de sus hijos y tener la oportunidad de escuchar que lo llamen “papá”.
“Vengo de visita familiar y a hacer mi lucha con mi guitarra. Busco reconciliarme con mi familia que me han dejado en el olvido, pero no me voy por vencido. Me siento derrotado, pero no perdido”, dice Don Manuel.
Originario de Castaños, Coahuila, este hombre perdió contacto con su familia desde 1975, cuando su esposa partió de su lado llevándose a todos sus hijos, y quienes de manera lamentable hasta el día de hoy no han hecho el intento de contactarlo o recibirlo, ya que en varias ocasiones ha dado con su paradero pero no le permiten acercarse a ellos.
“Tengo siete hijos, uno fallecido, cinco en Nuevo Laredo y uno en San Nicolás de los Garza, pero ninguno me visita ni me habla. Su corazón es duro y a veces he tenido la dicha de verlos pasar frente a mí, pero casi no se me acercan. Sí me duele, pero no me dejo caer”, aseguró.
Al llegar a la Plaza Hidalgo ubicada sobre la Avenida Guerrero, se sienta un momento a contemplar a las personas pasar, esperando ver entre la multitud el rostro de alguno de sus hijos. Mientras tanto interpreta una canción.
“Es un buen tipo mi viejo, que anda solo y esperando, tiene la tristeza larga, de tanto venir andando, viejo, mi querido viejo”, canta.
Este señor de la tercera edad pasa casi un día sentado en este lugar, esperando una oportunidad de reencontrarse con su familia, sin embargo asegura que mientras tenga vida no se dará por vencido, hasta que nuevamente alguien lo llame “papá”.
“Hay momentos triste y todo a la vez, no viene al caso seguirlo recordando porque se hace la vida imposible, mejor espero que Dios me deje verlos, aceptarlos como hijos y que me acepten como su padre. Si los tuviera aquí les desearía un feliz Día del Padre, porque ellos son padres también”, finalizó.
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