“Leal Segovia, un nazi en el congreso”

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¿Se hace o se nace homosexual? ¿El feto se puede considerar como un ser humano a cuántas semanas de su gestación? Estas son dos preguntas que a últimas fechas han traído al país de cabeza. Marchas silenciosas a favor del aborto y multicolores manifestaciones a favor del matrimonio igualitario han causado un tremendo caos en el país. Cosa curiosa, se lucha en contra del aborto por medio de propaganda inundando la radio, televisión y redes sociales, pero estos mismos medios jamás luchan por la hambruna, la soledad y abuso infantil. No apoyamos el aborto, pero tampoco socorremos al niño de calle que ya ha nacido. Somos cruelmente faroles alumbrando la vida ajena mientras que la nuestra está tinieblas. Juzgamos y opinamos desde un teclado mientras que tras de nosotros nuestros hijos nos piden un poco de tiempo para jugar futbol, ver televisión o comer juntos. La banalidad ha colmado nuestras vidas al grado de creer que se puede dirigir la vida ajena con una opinión.

Sin más ni más y rigiéndose en las leyes dictadas en laComisión Nacional de Honestidad y Justicia,Juan Carlos Leal Segovia, diputado de la bancada de MORENA en el estado norteño de Nuevo León, fue retirado de su cargo por exponer en redes sociales su inconformidad en algunos temas que a últimas fechas han causado una tremenda controversia. Su aporte social, que quiso evidenciar como honesto o adherido a una causa justa como el estar en contra de la comunidad lésbico gay causaron la  “cancelación de su registro dentro de Morena, así como su inmediata separación de la bancada” en el Poder Legislativo.Leal Segovia no es más que un individuo que piensa que por llevar una investidura que lo coloca en lo alto de una bancada, puede gobernar las conciencias. Se proclamará inocente y víctima de persecución, sin embargo, sus palabras, evidenciadas en redes sociales y en infinidad de medios de comunicación lo condenan.

Nadie desconoce que uno de los exterminios más fatídicos en contra de los homosexuales, fue la emprendida por el dictador alemán Adolfo Hitler. Según su ideología, la unión de dos hombres no perpetuaba la proliferación de la raza aria, pero sí la degradación. Creó por ello una ley en la que hasta la mismísima masturbación era delito. Se buscó y procesó a quienes en el presente o en el pasado hubiesen seducido a un hombre con fines sexuales. Tal acción llevó a juicio a más de cien mil hombres. La gran mayoría de ellos al salir de la cárcel eran conducidos a los campos de concentración.

El boxeador Darío Larralde dijo que los gays son una plaga detestable y que la decisión de Hitler por eliminarlos era excelente. Tal declaración causó una ola de comentarios en su contra por ser extremadamente racista. Artistas y deportistas por mucho tiempo han estado en el ojo del huracán por comentarios que ponen muchas veces en peligro hasta sus carreras profesionales, sin embargo, el que un diputado que ha sido llamado para defender y abogar por la ciudadanía apoye las afirmaciones de un boxeador, lo único que causa es repudio. Ser expulsado del partido al que pertenecía fue sin lugar a dudas una determinación justa para muchos, pero injusta para otros.

Jamás será una frase pasada de moda la que el Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez expuso al definir el respeto como algo básico para la paz. Sólo el respeto al derecho de cada persona es lo que acarrea un bienestar social. Las leyes que conforman nuestra constitución están debidamente organizadas y claramente analizadas para que el país ande en serenidad. Su modificación en algunos puntos los único que ha ocasionado ha sido el caos y el inconformismo.

Nadie puede hablar de que si la homosexualidad es o no es buena. No juzgue ni diga si es o no es “desviación” si en casa no tiene un hijo, un hermano o un padre que la padezca.

Soy cristiano si sigo la doctrina cristiana y apoyo el consejo de líderes cristianos. Del mismo modo soy nazi, si me gustan las ideas que conforman tal denominación y apoyo con toda tranquilidad a quien las expande. No llevaré una suástica al hombro, pero sí bien injertado en el corazón nefastos y egoístas ideales que sólo acarrean devastación y muerte.

Hoy Carlos Leal Segovia sólo tiene lo que le corresponde. Sabía los lineamientos de su partido y que de violarlos corría el riesgo de ser expulsado. Hoy está en la calle por su “Libre expresión” al decir desde una tribuna o desde una red social, qué es lo que merecen las “Plagas” y qué las que desean abortar. Bueno, pues no nos resta más que desearle buena suerte almorenista de sangre aria. Adieu.

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