CDMX.- La mezzosoprano norteamericana Joyce DiDonato regresó al Palacio de Bellas Artes para ofrecer un emotivo concierto, pedirle a los jóvenes estudiantes de canto que cuando tengan un camino andado, regresen a las raíces y redescubrirse; y para asegurar que la música puede ayudar a recordar a los seres humanos que aún existe la esperanza.

La cantante de Kansas con 15 años de trayectoria, ha alcanzado la cima de la lírica, no sólo es una de las cantantes de mayor presencia en el Met de Nueva York, también goza de una gran fama por su personalidad, por su forma de comunicarse directamente con su audiencia a través de las redes sociales.

Acompañada por Craig Terry en el piano, DiDonato inició su presentación con “De España vengo”, de la zarzuela El niño Judío de Pablo Luna. Risueña y con encanto, agradeció en español las ovaciones del público, saludó a las personas que seguían el recital vía streaming, y en inglés invitó a acompañarla a viajar por el mundo a través de la música.

La cantante continuó con “Shéhérazade” de Maurice Ravel, y siguió con “Bel raggio lusinghier” de la ópera “Semiramide” de Gioacchino Rossini.

En la segunda parte del concierto volvió a agradecer la calidez del público y aseguró que gracias a la música podemos ser capaces de ver que somos más que un muro, aun con nuestras diferencias.

Interpreto de Enrique Granados Las Majas Dolorosas I, II y III de Tonadillas, escritas en estilo antiguo, por las que fue ovacionada, siguió con “Lascia ch´io pianga” de Rinaldo de Händel y concluyó el concierto con piezas italianas de compositores como Giordani, Pergolesi y Rossini.

Ante la entrega de la gente que se puso de pie y vitoreaba a la cantante, los artistas regresaron para ofrecer tres encores “I love the piano”, “Over The Rainbow” y “Morgen” de Strauss.