Hace apenas un par de días la entrega de los premios Billboard 2016 nos mostró cuan portentoso es el mundo del espectáculo. En las afueras del T-Mobile Arena de Las Vegas comenzaron a llegar las mejores marcas de autos portando a las estrellas que harían de la noche la ocasión más importante para el mundo de la música. La alfombra roja presumió con brillante algarabía el paso vanidoso y pomposo de grandes talentosos. Cada paso implicaba un flashazo, gritos de admiración y regocijo. Las mujeres más bellas y los hombres más hermosos lucieron modelos de los mejores modistos del planeta, así como zapatos, bolsos, joyas y alta peluquería.

En cuestión de minutos el colosal edificio albergó a la crema y nata del mundo de la farándula anglosajona teniendo como anfitriones de la noche a Ludacris y Ciara y a los grandes nominados de la noche: The Weeknd, Justin Bieber, Adele y Taylor Swift.

No cabe duda que la moralidad aburre y la inmoralidad divierte. Al menos eso es lo que ha gritado a los cuatro vientos los grandes espectáculos del mundo. Eso es un algo que existe desde siempre, desde las grandes fiestas de Nerón, Cesar y otros grandes líderes que por poderosos se daban el lujo de acarrear lo mejor de lo mejor para sus eventos. Tal es la vanidad que hasta el mismo Nerón, por el simple hecho de ver como se incendiaba Roma, mandó hacerlo mientras él bebía en el balcón de su palacio. Tanto contemporáneos como historiadores posteriores culparon al propio emperador, al que presentaron cantando con su lira mientras contemplaba extasiado el poder devorador de las llamas… hoy Britney Spears se nos manifestó tan hermosa y talentosa como siempre ha sido y poniendo de manifiesto que de las peores calamidades emocionales, como las que ella misma vivió, se puede resucitar. Se le vio, aunque excesivamente sensual y erótica, muy repuesta y viva.

Vestir con moralidad es algo que no aplica en los grandes eventos en donde tanto los fans, fotógrafos, entrevistadores y demás, no desean otra cosa que ver amplios y generosos escotes que dejen ver bellos senos y voluptuosas piernas. No por nada existen artistas que su exceso de pudor nunca han deslumbrado en las alfombras rojas.

Todo esto no es más que un eco de un fin evitable. Evitable por que hoy nuestros jóvenes no desean otra cosa que ir a la par del mundo tecnológico e industrial y que aunque no tiene nada de malo, sí se desvirtúa cuando empiezan a caer en esos excesos que los condena a un mundo oscuro del que muy difícilmente se puede escapar.

Pasar de niña a adolecente no fue algo que le cayó muy maduramente a la hermosa Miley Cyrus quien sin el menor remordimiento hizo alarde de su libertinaje dejando ver su urgencia por perderse en el mundo del descaro. Su entonces carrera que se elevaba con furia con sus papeles de la popular y bien querida Hanna Montana, vino a caer en un declive perverso de profusiones irreverentes que la llevó muy pronto a ser encasillada en una de tantas cantantes escandalosas.

No hace mucho escuché decir a Martin Luther King en un programa grabado, que si él supiera que el mundo se acabara mañana, ese mismo día todavía plantaría un árbol… Ya lo creo que sí. Y me viene a la mente cuando llegado el año 2000 un hombre abrazó a toda su familia expresándoles su amor profundo, luego de lo cual, se fue al umbral de la puerta a aguardar el fin del mundo tan anunciado por profetas de aquí y de allá… hoy el hombre sigue viviendo, seguimos viviendo… El mundo gira y gira brindándonos maravillosos episodios de vida y fortaleza. Gente nace y gente muere, pero nosotros seguimos viviendo lustrándonos minuto a minuto el cuerpo y el alma dando todo cuanto somos a quienes más amamos.

He escuchado decir que vivimos en tiempos muy crudos, puede ser que sí, sin embargo, invitamos a aceptar que la verdadera alegría nace de la buena conciencia… Busquemos cositas simples, detalles lindos que nos mantengan vivos, como dijese Charles Kingsley: “Lo único que necesitamos para ser realmente felices es algo por lo cual entusiasmarnos”

El mundo del espectáculo es maravilloso y cargado de emociones, ya lo ve, fue emocionante ver a Britney Spears, Rihanna, Celine Dion, Ariana Grande, Demi Lovato, Fifth Harmony, Gwen Stefani, Justin Bieber y Pink en el escenario para cantar y alborotar a medio planeta, pero cuando deseamos imitarlo y en cierto modo festejarlo en sus decadencias, es cuando se empiezan a marchitar nuestros verdaderos sentimientos al contaminarlos con otros. Amigos que siempre han seguido con sus fieles pupilas cada una de las columnas de este portal de noticias, a nombre de todos los que hacen posible esta publicación deseamos despertar el gran espíritu de la esperanza, el anhelo de ver más allá de nuestras flaquezas y desafíos.

Finalmente Madonna realizó un homenaje a Prince, quien falleciera hace unas semanas y que para quienes pasamos los cuarenta fue una verdadera estrella de la música. De igual modo Adele aprovechó para presumir canción ‘Send My Love’, el tercer sencillo del disco ’25.

Seamos la imagen de aquellos grandes que han pisado esta tierra como nosotros y que con su ejemplo claro y conciso nos dejaron más acciones que palabras.

 

 

 

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