Internacional

A?INCREA?BLE! Hay mexicanos que apoyan a Trump

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febrero 22 2017, 11:35 am

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SAN ANTONIO, TEXAS.-A�Lucio RendA?n es de origen mexicano y apoya a Donald Trump porque estA? contra el aborto, a�?y si Dios usA? un burro [en la Biblia, la burra de Balaam] para sus propA?sitos, puede usar a este hombre, y si es dirigido por Dios, todo va a traer un beneficioa�?. AdemA?s, dice, a los que no les guste lo que hace el presidente republicano, a�?que oren por A�l para que Dios lo compongaa�?.

En el sur de esta ciudad, donde vive la mayor parte de la comunidad mexicoamericana, sobre el techo de dos aguas de una construcciA?n que albergarA? sanitarios para un complejo de oficinas o locales comerciales en renta, Lucio RendA?n trabaja con destreza para instalar paneles de madera (OSB) tratados con resinas para soportar la humedad, que servirA?n de base para la posterior colocaciA?n de la teja asfA?ltica.

Desde que tenA�a entre nueve y 10 aA�os, en su natal San Pedro de las Colonias, Coahuila, Lucio iniciA? con un cuA�ado el aprendizaje de los oficios que desde hace 20 aA�os le sirven para ganarse la vida en la ciudad texana: carpintero, albaA�il y plomero.

Por eso, a sus 48 aA�os, con esposa y dos hijas de 11 y nueve aA�os, casa propia y mA?s de una dA�cada como residente legal, a Lucio no le preocupa su situaciA?n migratoria. Afirma: a�?Quien sabe trabajar, donde quiera la hace; no le hallo mucho la diferencia aquA� o allA? [en MA�xico]a�?.

La primera vez que saliA? a trabajar fuera de su tierra, lo hizo a Nuevo Laredo, Tamaulipas, en 1993, donde operaba una mA?quina de hacer tortillas. a�?Me levantaba a las seis de la maA�ana, y como era bien talA?n, por las tardes tenA�a otro trabajito, siempre estaba buscando la manera de ganar algo mA?sa�?. En 1995 cruzA? a Estados Unidos, donde vive desde entonces.

Al preguntarle si como mexicano le preocupa la nueva polA�tica migratoria del presidente Donald Trump, responde:

a�?Nosotros como cristianos estamos en contra del aborto. Si Dios pone a alguien que estA� en contra del aborto, nosotros vamos con ese hombre. Si Dios usA? a un burro, puede usar a un hombre, y lo que haga ese hombre, si es dirigido por Dios, todo va a traer un beneficio.

a�?La gente se asusta porque cree en ella misma, pero cuando crees en Dios, que es el mismo que estA? en MA�xico y en todos lados, estA?s en control de Dios, A?para quA� nos la vamos a quebrar?

a�?Creemos que Trump es un hombre que Dios va a usar para la naciA?n. Ahora, si no te gusta ese presidente, pues ora por A�l para que Dios lo componga. Es fA?cil: no te gusta, pues ora por A�l para que Dios le dA� sabidurA�a; no nos vamos a ponernos en contra para pelear, nosotros no buscamos esoa�?, seA�ala Lucio mientras toma un descanso para comer.

Afirma que los gobiernos de todos los paA�ses realizan deportaciones. a�?Los que deben temer son los que hicieron algo y estA?n entrados; yo me imagino que la gente que hizo el mal es la que pelea, porque aparte de lo que hiciste todavA�a quieres quebrada, a�?pA?same quebradaa��. No, pues si ya hiciste el mal, hay que pagar, dice la palabra de Dios, todo pecado trae consecuenciasa�?.

Ante el ambiente de sicosis que hay entre los indocumentados y residentes mexicanos en Estados Unidos, Lucio expresa: a�?No miro ni las noticias; yo digo: a�?Dios estA? con nosotrosa��. Si andas buscando la manera de quejarte, la encuentras, es mejor buscar la paza�?.

Dice que siete aA�os de su vida estuvo perdido por las drogas y el alcohol, e incluso se quedaba en la calle, y hace 17 aA�os dejA? ambos vicios con ayuda de la religiA?n. Ahora apoya a personas que pasan por los problemas que A�l tuvo.

Ezequiel LimA?n, de 65 aA�os, originario de Mexicali, saliA? hace mA?s de 30 aA�os de su tierra para trabajar en San Diego, California; y de ahA�, siguiendo a una mujer, se trasladA? a San Antonio, Texas, donde vive desde 1989. Un aA�o antes habA�a obtenido sus papeles gracias a un programa de amnistA�a del gobierno federal. Al preguntarle sobre las medidas antiinmigrantes de Trump, responde:

a�?A?QuA� me voy a preocupar! Hay que dedicarse a trabajar; la polA�tica no es productiva, es para quienes la practican, no para los ciudadanosa�?.

Ezequiel es mecA?nico y tiene su propio taller, que le da para vivir sin preocupaciones. Apoya las polA�ticas migratorias del nuevo gobierno, si es para deportar a gente que se dedica a delinquir. Afirma que hay algunos paisanos que en las ciudades mexicanas se dedicaban a desmantelar casas para vender tuberA�as, cableado elA�ctrico, y que en San Antonio hacen lo mismo.

Explica que durante guerra contra Irak (1991) se elevA? el precio de metales como el acero y el aluminio, de ahA� que hubo quienes abandonaron los trabajos formales para dedicarse a la venta de chatarra, y aunque ya no obtienen el mismo dinero, se acostumbraron a la vida fA?cil.

Hay decenas que viven debajo de los puentes, edificios abandonados, o en zonas despobladas a orillas de la ciudad, a quienes llaman Homeless (los sin casa).

En la zona sur de San Antonio, donde estA?n los asentamientos de clase popular, se concentra la mayor parte de la poblaciA?n de origen mexicano que reside en la ciudad. Algunos ya nacieron en Texas por segunda, tercera y hasta quinta generaciA?n; otros vieron la primera luz en MA�xico, pero ya tienen papeles en regla.

Sus casas son de madera, con cercas del mismo material y en la mayorA�a de los casos con cercas del mismo material o de malla de acero, pero de escasa altura, que difA�cilmente superan los 1.5 metros. En muchas de esas viviendas, a veces con pintura descolorida por el tiempo, ondea la bandera estadounidense, igual que en los grandes edificios de la parte mA?s pudiente de la ciudad, que se localiza en el centro, donde hay principalmente negocios, oficinas, hoteles y restaurantes, o en el norte, donde viven los ricos, incluyendo nuevos residentes que llegaron por la violencia que azotA? el norte de MA�xico en la A?ltima dA�cada.

A diferencia de los cementerios de barrios populares de MA�xico, donde no es raro encontrar tumbas que ostentan enormes mausoleos, con acabados y materiales de lujo, en los panteones que se localizan en el A?rea donde habitan los estadounidenses de ascendencia mexicana, las tumbas son casi todas iguales, con pequeA�as lA?pidas y algunas hasta sin cruces.

Para dar un idea de la conformaciA?n demogrA?fica de San Antonio, segA?n el censo de 2011, la ciudad tenA�a una poblaciA?n de un millA?n 756 mil 153 personas, y 77.4% era de origen hispano. En 2014 residirA�an en el condado de Bexar 71 mil indocumentados, 61 mil serA�an mexicanos.

En el barrio donde reside la mayor parte de la poblaciA?n de ascendencia mexicana, es comA?n ver ventas de garaje, ropa usada, fondas o restaurantes de comida que conservan los nombres, recetas y el sabor de los platillos tradicionales mexicanos como el pozole, las enchiladas, los burritos, el mole, los tacos de carne asada, al pastor, o el menudo, que se sirve con cebolla picada, chile serrano, cilantro y orA�gano.

Y hasta se permiten el lujo de acompaA�ar los platillos con tortillas de maA�z o de harina hechas a mano, algo que ya poco se estila al sur de la frontera. Tal es el caso del restaurante Santa MarA�a, propiedad de una familia de Jalisco, que ofrece a sus clientes a�?breakafast tacosa�? (tacos para el desayuno), de huevo con chorizo, tocino, jamA?n, papas, chicarrA?n, nopal, frijol con queso o chorizo, papas rancheras y chilaquiles.

En la parte alta de la fachada color fiuscha con blanco, del restaurante destacan fotografA�as con los platillos que se ofrecen a los comensales, con su descripciA?n en espaA�ol: mojarra frita, hA�gado encebollado, tripas, chile relleno y gorditas.

La huella de las raA�ces mexicanas tambiA�n estA? presente en el centro de la ciudad, donde pasea el turismo nacional e internacional. AhA� dominan restaurantes con nombres como Mi Tierra, que tiene un retrato de Emiliano Zapata; la TaquerA�a Xalisco; Las Margaritas, donde la mA?sica del mariachi Los Charros ameniza las veladas, pero una cerveza cuesta seis dA?lares y pedir una canciA?n representa un billete de 20 dA?lares.

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