Fernández Granados está en “Voz Viva” 

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“F(l)echas en la noche y otros poemas para la colección Voz Viva de México de la UNAM”, representó para Jorge Fernández Granados una posibilidad de mirar en retrospectiva y revisar cerca de 25 años de trayectoria. (Agencia El Universal)

CDMX.- Seleccionar los 24 poemas que contiene el audiolibro “F(l)echas en la noche y otros poemas para la colección Voz Viva de México de la UNAM”, representó para Jorge Fernández Granados una posibilidad de mirar en retrospectiva y revisar cerca de 25 años de trayectoria. Pero más allá de eso, lo llevó a reflexionar sobre la relación entre la memoria y la literatura.

En los últimos diez años, por el problema de visión que enfrenta, Fernández Granados (Ciudad de México, 1965) memoriza los poemas que ofrece en lecturas poéticas. Eso no es nuevo, pero de ahí a memorizar y grabar su poesía durante una hora completa implicó una experiencia y un gran reto.

“Eso fue para mí la experiencia más compleja al realizar este volumen. En los últimos diez años llevo de memoria los poemas, cuatro o cinco o diez poemas cuando mucho, pero en este caso había que grabar una hora, memoricé como 25 o 26 poemas y el hecho de estar solo en una cabina de audio, con no más que un vaso de agua y más de una hora con la memoria, fue algo que realmente no había hecho antes y me hizo también comprender hasta dónde esta relación de la memoria con la literatura me ha marcado mucho en los últimos años”, afirma el poeta.

Además de experiencia fue una enseñanza de los límites y de la pasión que lo mueve, es decir de la pasión por la literatura. “Fue una experiencia muy hermosa y espero que quien escuche los poemas del libro no sienta que eso fue algo doloroso o difícil, sino al contrario, que fue un viaje hacia adentro de sí mismo. Eso es lo único que yo esperaría, que el disco dejara ese viaje hacia adentro de uno”.

El material literario y auditivo que cuenta con un bello diseño de Vicente Rojo Cama, el cuidado editorial de Carolina Domínguez y un generoso prólogo de Eduardo Lizalde, contiene 24 poemas seleccionados de los cuatro libros de poemas que Jorge Fernández Granados ha publicado:

“Resurrección”, “El cristal”, “Los hábitos de la ceniza” y “Principio de incertidumbre”.

La selección no fue tan compleja en el sentido de que en 2012 Jorge Fernández Granados había realizado la antología personal Si en otro mundo todavía, publicado por Almadía. Allí este poeta de 51 años ya había realizado una mirada retrospectiva sobre su labor.

“Ahora hice una selección de una manera más ceñida y cerrada para este disco, eso me obligó a elegir, y en esa elección tuve que decidir lo que tiene más significado, qué es aquello que puede ser más comunicable o más representativo o más perdurable. Es verdad que uno se ve obligado a revisarse y a decantarse y a ver con una perspectiva de conjunto qué es lo que uno realmente está haciendo y hacia dónde se dirige, o qué es aquello que más representa lo que uno está haciendo y a quién se está dirigiendo”.

Fernández Granados reconoce que este trabajo de retrospectiva le movió el tapete, pero que es un mover el tapete muy valioso, muy saludable, que por lo menos para él fue gozoso y alegre. Lo complicado asegura fue grabar y luego escucharse.

“No me gusta oírme, me canso de leerme. Pero al mismo tiempo creo que es una responsabilidad en el trabajo de ser escritor, de eso se trata, de estar todos los días, por lo menos gran parte de la vida, revisando eso que uno está haciendo. Me canso de ese permanente espejo y en cuanto puedo procuro irme a otras cosas. Este audio quedó perfecto, la grabación es perfecta pero no lo puedo escuchar más de una vez. Ya me conozco, ya me oí”, afirma.

Jorge revisa sus textos, los corrige, pero llega un punto en el que se cansa de sí mismo, y piensa que cansarse es sano, que hay que cambiar a otras realidades, sino se intoxica.

Aprecia mucho este honor de haber sido invitado a una colección con tanta tradición, celebra su incorporación a uno de los grandes acervos fonográficos que tenemos en México, de la literatura en general y del idioma.

“La colección Voz viva que tiene más de 70 años ha procurado conservar en la voz de los propios autores las obras literarias, hay aquí una doble intención que me parece magnífica desde el comienzo de esta colección, por un lado el amor por la literatura, el deseo de hacer que la literatura se conserve como se guarda en un libro en una biblioteca, pero también esa posibilidad de la ciencia y la tecnología que es guardar el registro de la voz, es una literatura que se puede escuchar, es una literatura cuya voz está viva, cuya voz puede ser guardada, en ese sentido la colección es uno de los hechos más afortunados del idioma”, concluye.