En la ciencia hay que estar abierto a críticas   

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El adolescente cursa el grado diez, que equivale al tercer año de secundaria; entre sus pasatiempos está esquiar y practicar snowboarding. (everypedia.com)

CDMX.- Después del anuncio del descubrimiento de una ciudad maya por el adolescente canadiense de 15 años de edad, William Gaodury, que se propagó a nivel mundial, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pusieron en duda su hallazgo al no existir las pruebas de campo necesarias para avalarlo.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el estudiante de secundaria responde a sus “detractores”: “Aquellos que no creen en mi teoría, es su derecho. En la ciencia, se tiene que estar abierto a los comentarios y a las críticas.”

El adolescente cursa el grado diez, que equivale al tercer año de secundaria; entre sus pasatiempos está esquiar y practicar snowboarding, además de andar en bicicleta e ir de campamento.

Le gustaría trabajar en el campo de la ciencia, aunque aún no ha decidido en que área especializarse.

Su lengua natal es el francés, habla poco español. De México, conoce la zona turística de la Riviera Maya con sus numerosos hoteles, pero prefiere las zonas arqueológicas, los cenotes y los ríos subterráneos.

– ¿Cómo empezó tu interés por la cultura maya?

– Desde 2012 estoy interesado en esta civilización, a causa del anunciado fin del mundo, que no era más que el fin de un ciclo del calendario maya. Mis investigaciones me permitieron constatar que eran excelentes constructores y astrónomos sin igual.

Entonces, tuve la idea de comparar la posición geográfica de sus grandes ciudades con la forma de las constelaciones. Encontré una correlación entre 22 constelaciones y 117 ciudades. Sin embargo, tal como está diseñado en el códice maya de Madrid, faltaba una constelación. Según uno de sus mitos, las tres piedras del hogar formarían el triángulo mítico de Orión en el centro del territorio de esta civilización. Dos de las grandes ciudades están allí, Calakmul y El Mirador. Pero falta una ciudad que llamé en maya KAAK CHI, que significa “boca de fuego”.

– ¿Has hablado sobre tu teoría con expertos mexicanos?

– En julio de 2015, recibí una invitación para presentar mis descubrimientos a dos arqueólogos del INAH, al doctor Luis Leira Gullermo y al doctor Enrique González Terrones, en el Museo Maya de Cancún. Me dijeron que podían ver tres pirámides rodeadas de una fortificación y dos escaleras.

– ¿Planeas viajar a México?

– Espero ser invitado con otros científicos interesados en mi proyecto a sobrevolar mi región de estudio en Campeche y participar en excavaciones arqueológicas con el INAH.

– ¿Qué piensas de quienes critican tu investigación?

– Para aquellos que no creen en mi teoría, es su derecho. En la ciencia, se tiene que estar abierto a los comentarios y a las críticas. Este pueblo, hizo grandes maravillas. Si hoy crece el interés mediático es porque su historia afecta a muchas personas de varios países y orígenes.

Lo que dicen los expertos. Ilan Vit Suzan, director de la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, zona maya ubicada en la carretera Mérida-Progreso en Yucatán, y miembro del Centro Regional INAH de Yucatán, consultado por EL UNIVERSAL acerca del hallazgo de Gadoury, señaló que se trata de algo meramente mediático:

“Para el INAH no ha ocurrido descubrimiento alguno de una ciudad maya, como erróneamente se ha difundido. Nos enteramos de la noticia por los mismos medios que la mayoría, principalmente las redes sociales. Más que un descubrimiento científico, se trata de un acontecimiento mediático”, comentó el experto.

Por otra parte, el investigador lamentó que la gente se sienta tan atraída por teorías como ésta:

“Es una pena que este tipo de información obtenga más atención que los verdaderos logros de los pueblos mesoamericanos, sobre todo en cuanto a su avanzada concepción del tiempo, su dominio de las matemáticas, la invención de un sistema de escritura o el acumulamiento de observaciones astronómicas de gran precisión. Todo esto es mucho más interesante y complejo que simplemente tratar de copiar la ubicación de estrellas en el cielo sobre un mapa. Recordemos que las estrellas que vemos hoy en el cielo no son las que se vieron hace mil años”.

Dijo desconocer si la zona de estudio del joven está poblada; comentó que mientras no se cuente con un juego de coordenadas UTM (coordenadas de husos horarios, UTM por sus siglas en inglés: Universal Transversal Mercator) precisas, cualquier opinión es mera especulación.

El arqueozóologo Markus Gotz de la Universidad Autónoma de Yucatán, consideró que no es un hallazgo real: “Es una fantasía que se está plasmando con base en esta hipótesis que desarrolla este muchacho”.

Explicó que la zona a la que hace referencia el joven estuvo muy poblada entre el 250 y el 900 d. C. por lo que hay asentamientos en todos lados y es muy difícil que haya un espacio sin estructuras mayas.