“El retrato de Dorian Trump”

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Detrás de lo exquisito de este mundo, siempre se oculta una tragedia, dijo Dorian Gray, personaje de la novela “El Retrato de Dorian Gray” del inglés Oscar Wilde… es evidente que Donald Trump engaña a sus connacionales mostrándoles en su caballete de ilusiones el cuadro de un país futurista colmado de un nacionalismo exagerado, pero tras de su ideal de impresionismo francés, los críticos atisban un mundo surrealista, dudoso e inentendible para un país acostumbrado al razonamiento… lo cierto es que este ilusionista es como uno de esos cometas que van dejando a su paso una espantosa y oscura estela de preocupaciones, malos vaticinios y calamidades. Cuesta trabajo no escuchar cuanto dice pues a cada frase es como si la lengua viperina de una gigantesca serpiente lamiera el planeta entero. Su patética forma de ser causa morbo, pena, suspenso y hasta risotadas.

Desde que inició su insaciable e insociable campaña afanándose por conquistar la silla presidencial de la Casa Blanca y tomar el lugar de Barack Obama se ha destacado por empeñarse en la idea de levantar un muro entre la tierra de Quetzalcóatl y la de Manitú, o sea entre México y los Estados Unidos de Norteamérica. Su ideal de muralla es tan perfecto y bien elaborado que ni la más ágil de las saltadoras de garrocha podría cruzarlo. Del mismo modo y de una manera muy peculiar ha hecho notar su aversión por toda persona que no sea estadounidense y que viva de la frontera sur de su país hasta Tierra Fuego en la parte más enconada del continente americano.

“Tengo a muchos inmigrantes legales laborando conmigo y muchos de ellos vienen de México. Me quieren y yo los quiero… y déjenme decirles una cosa, si obtengo la nominación, ganaré el voto latino” expuso en una entrevista en la ya famosa y reconocida cadena noticiosa de la NBC, esto luego de su nefasta declaración de que los inmigrantes de México eran puros narcotraficantes y violadores.

No hace mucho las estadísticas norteamericanas señalaron que dentro de las minorías raciales, como ellos lo nombran, los mexicanos han alcanzado un nivel verdaderamente alarmante aun y cuando sigan siendo minorías en el país. Es curioso que mucho de los descendientes de los emperadores mayas y aztecas y que de solo verlos se puede deducir su origen, se crean más norteamericanos que Abram Lincoln y que en su afán por ser aceptados en una nación que no es la propia usen el mal trato a sus connacionales que todavía no logran cierta estabilidad en el país.

Los cometas son fugaces, viajantes que surcan los cielos y cumplida su misión dentro del espacio sideral, se alejan para desaparecer en la nada del infinito. Donald Trump amenaza no sólo con pasar, advierte que llegará y que se quedará. Tal es la estela de horror y preocupación que se avista que muchos analistas mundiales han externado su preocupación al pensar en la posibilidad de que este hombre de negocios llegue a posesionarse de la potencia más grande del mundo, bueno, si es que Corea del Norte no salta a la fama inesperadamente sentándolos de un solo golpe.

Ante tan negra nublazón que se vislumbra en el horizonte de los cielos mexicanos, los líderes del gobierno azteca se han limitado a expresar un “No” rotundo ante las ideas del magnate neoyorquino del partido republicano sobre la idea de que tenga que ser México el que pague la elevación de un murallón entre ambas naciones independientes.

“Seríamos muy irresponsables si no estuviésemos preparando escenarios de probabilidades, tenemos que optar por un plan A o un plan B, según sea el caso” expuso abiertamente y en entrevista Idelfonso Guajardo, secretario de economía.

La historia comúnmente tiende a repetirse y las malas historias que un país lejano suele vivir, con el paso de los años otra la vuelve a experimentar aún y cuando los libros de escuela lo hubiesen contado una y otra vez.

Hoy por hoy en el país no podemos presumir de grandes líderes. Desafortunadamente el buen liderazgo es una de las carencias que más saltan a la vista en el gobierno mexicano. Son muchos los países que inmersos están en cruentas batallas. Algunas son bélicas, otras económicas y en el peor de los casos hasta religiosas. Lo más curioso e interesante de todo esto es que dichos desaciertos en los acuerdos de paz comúnmente terminan fracasando gracias a los altos índices de orgullo y vanidad que tienen en su seno las naciones en pugna. Es increíble como perecen cientos de personas sólo por la codicia de una franja de tierra, desacuerdos dogmáticos o económicos. Sorprende el hecho de que de cinco encuentros diplomáticos exitosos quince terminan en nada y que por ello en cuestión de horas vuelvan a las calles las detonaciones y la muerte.

Son muchos los que concuerdan con la idea de que Trump es como un aura sobrevolando el planeta y que de terminar posándose en la silla de George Washington el mundo seguramente estará metido ahora sí en un gran dilema de seguridad internacional. No deseamos sonar fatalistas, pero la historia nos ha enseñado que el perfil de este hombre que profesa el protestantismo ya lo hemos visto antes en otros hombres históricos y que para fortuna de la raza humana siempre han sido eliminados por otro más fuerte. Cuántas vidas se salvarían si el electorado eligiera sabiamente, cuánta paz reinaría en nuestros países si la cordialidad y la tolerancia fuesen el eje universal.

¿Qué pasará en caso de que el dueño de los juegos de azar Trump entertainment Resort, ganara la presidencia? ¿Aminoraría la migración hacia Estados Unidos? ¿Se vaciaría la Bestia de migrantes procedentes de Sudamérica? ¿Se tornaría más violentas las medidas anti migratorias? ¿Terminaríamos pagando el muro que tanto se ha pregonado?

No cabe duda de que estas próximas elecciones en la recta final pondrán a más de uno en posición de alerta pues lo que se veía como algo lejano hoy lo tenemos más cerca que nunca y aun cuando tampoco podríamos decir que Hillary Clinton es una santa de iglesia, por lo menos convence más su actitud de experta en política y su carisma pacifista que el de la actitud revoltosa de un Trump que cada que discursa expulsa pestilentes y abanicadas flatulencias por una boca que solo fabrica  frases y palabras hirientes contra todo aquello que él ve como indeseable.

Hoy sólo queda aguardar como cuando los meteorólogos pronostican el mal tiempo: Tomar todas las medidas necesarias identificando sitios de resguardo y ser pacientes hasta que pase lo peor… esperamos que este cometa político sea puro polvo que se difumine con el tiempo y no sea uno de esos que sólo llegan a destruir sus propias naciones llevándolas al colapso, como en el caso de Alemania que aun y con el paso de los años son un sinónimo de holocausto, todo gracias a un hombre colmado de vanagloria, pedantería y deseos incontrolables de tratar a un país como si fuese una empresa y a su gente como esclavos. Los síntomas históricamente siempre son los mismos, codicia, vanidad y orgullo, así como sus resultados: Roma, Rusia y Japón, ciudades poderosas comandadas por líderes que dieron al traste por sus aires de poder mal empleado.

Y finalizo con otra frase de Dorian Gray:

“Me pregunto quién definió al hombre como un ser racional. Fue la definición más prematura que se ha hecho nunca. El hombre es muchas cosas, pero no racional”

Hasta la próxima.