El emprendedor de Chiapas que convenció a un ‘tiburón’ con sólo palos de escoba

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En una comunidad de Chiapas llamada Tulanca donde sólo hay 25 casas y 119 habitantes, Benjamín Misraim Soria tiene su taller de palos de escoba. El emprendedor de 26 años sabe que aunque su negocio, Benoli, no es innovador ni disruptivo, tiene gran potencial en el mercado. No tiene duda de eso y los números lo ayudaron a convencer a Carlos Bremer, CEO de Value Grupo Financiero, a invertir en él en el programa Shark Tank México.

Participar en el programa de Canal Sony y haber obtenido financiamiento, “fue una experiencia de otro mundo para mí, yo trabajo en una zona indígena y estar con empresarios de ese calibre marcó mi vida porque no a cualquiera se le presentan ese tipo de oportunidades”, confiesa Benjamín.

Hace tres años el joven originario del Estado de México comenzó a trabajar en el negocio de la madera, al inicio, fabricaba palos de paleta con los residuos de los aserraderos de diferentes localidades de Chiapas, pero hace dos años, “se alinearon todas las cosas: la maquinaria, la materia prima y los clientes” para arrancar un negocio de fabricación de palos de escoba donde no hay mucha competencia, cuenta Benjamín en entrevista con Entrepreneur en Español.

Foto Facebook Benoli

En septiembre de 2016, Benjamín se lanzó a lo que él llama una aventura, pues no conocía nada de la industria de los palos de escoba por lo que contrató a un experto que le dio toda la sapiencia del negocio.

“Yo no talo en sólo árbol para fabricar un palo de escoba”, recalcó Benjamín a los tiburones de Shark Tank México, a quienes, asegura, estudió antes de llegar al programa a presentar su pitch para anticiparse a sus reacciones.

Él y dos empleados comenzaron con la fabricación de este producto que en México se importa principalmente de China, Brasil y Guatemala. Hoy el equipo creció ya a ocho personas en el taller.

Camino a Shark Tank

 

En estos dos años de Benoli los desafíos han sido varios. Uno de los más importantes ha sido ganar la credibilidad de los clientes en una industria donde los empresarios no son tan jóvenes como Benjamín.

“Tú llegas a grandes empresas de madera y te ven muy joven y piensan que no tienes dinero. No es tan fácil entrar en este ambiente, pero actualmente ya reconocen Benoli como una empresa estable”, comparte Benjamín.

Otro reto es el del clima, pues en Chiapas la humedad del ambiente es un factor que provoca que la madera se hinche o está mojada, por eso Benjamín quiere construir una especie de nave industrial con la inversión de Carlos Bremer que obtuvo tras el programa Shark Tank México para que la lluvia no afecte la madera.

Bremer invirtió un millón de pesos en capital y 500 mil pesos en crédito en este proyecto que tiene un mercado potencial de 33 millones de casas en México.

El sueño de Benjamín con Benoli es convertir su empresa en el principal proveedor de palos de escoba en el país, aunque aún esa meta está muy lejos pues no se da abasto con la producción para surtir a las compañías con las que trabaja.

Actualmente la producción oscila entre 50 y 120 mil palos al mes, dependiendo de la cantidad de madera disponible y de la demanda de los clientes.

A futuro, Benjamín quiere probar en el negocio de las escobas armadas, pero las máquinas que fabrican los cepillos son inasequibles en este momento, ya que cuestan aproximadamente 12 millones de pesos.

Pese a los nervios y la incredulidad de sus compañeros del programa que tenían proyectos innovadores, Benjamín comparte que siempre estuvo confiado de lo viable que es su negocio. “Mi producto es muy rudimentario, pero no tengo ningún problema con la valuación de la empresa, con las ventas, ni con la demanda y es un negocio rentable con crecimiento”.

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