CIUDAD DE MÉXICO,.- Durante cuatro años, “Karen” —como será identificada— vivió lo que aún no alcanza a comprender. Tiene siete años y ya conoció lo peor de la humanidad: su abuela la mantenía encerrada y encadenada en un cuarto de dos metros cuadrados, y cuando tenía hambre sólo le daba chiles curtidos o crudos.
En ese cuarto de su vivienda ubicada en la colonia Cuatro Vientos, municipio de Ixtapaluca, Estado de México, la mujer torturaba a la menor para que dejara de gritar, de pedir de comer o como castigo por hacer sus necesidades fisiológicas. La encadenaba de pies y manos, la mantenía amordazada y la golpeaba, causándole heridas con martillo, tubos, palos de escoba y hasta con tijeras.
Cuando la abuela ya no quiso a Karen, porque sería una mayor carga conforme fuera creciendo, decidió abandonarla sobre la avenida Zaragoza. Para fortuna de la menor, testigos se percataron de las huellas del maltrato y le brindaron ayuda; solicitaron una patrulla e inició la investigación.
Dos días después la abuela fue detenida en el Estado de México, donde sucedieron los hechos, y ahora el juez que lleva el caso la envió a prisión por los delitos de tortura, privación ilegal de la libertad y omisión de cuidados contra su propia nieta, a quien la mujer confesó no querer, “por ser una bastarda abandonada por sus padres”.
De acuerdo con la investigación, el maltrato y secuestro de Karen se agravaron entre noviembre y diciembre del año pasado, días antes de que su abuela decidiera abandonarla, por este hecho, en la audiencia celebrada el sábado pasado, el juez de Control Abelardo Beltrán Rodríguez dictó la medida cautelar de prisión preventiva contra la abuela de 57 años de edad.
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