“Cuando pase el temblor”

0
983

 ♪ Yo, caminaré entre las piedras
Hasta sentir el temblor, en mis piernas
A veces tengo temor, lo sé
A veces vergüenza ♫

Si hiciéramos un collage de todo aquello con lo cual hemos sido probados como mexicanos, sin lugar a dudas sería tan amplio y vistoso que llamaría la atención de propios y extraños. Tomando el rábano por las hojas y con el pecho bien alzado podemos describir una a una todas las tragedias, tanto económicas, políticas, bélicas y naturales por las cuales hemos pasado y a las que les hemos hecho frente con heroicidad. Según los antiguos el hombre fue creado de barro, madera y finalmente de maíz, sin embargo a últimas fechas nos hemos dado cuenta que los dioses han creado a un mexicano de vastas fibras emocionales. Desde su creación el hombre ha sabido moldearse como el barro, resistir como la madera, florecer como las brillantes espigas del maíz y finalmente logrado la proeza de luchar por sus hermanos.

Los años de 1985 y 2017 nos han hecho entrever que simiente de dioses somos. Que somos solidarios, benefactores, sentimentales y desenfrenadamente sobrehumanos.  Que aun y cuando el español haya venido a incrustar una ideología diferente, con todo y eso seguimos aguardando muy dentro de nuestro corazón la llegada de un Quetzalcóatl que prometió volver, sí, volver y hacernos recordar con sus doctrinas nuestra naturaleza moldeable de barro para seguir creyendo en nuestra fortaleza individual.

 

♪ Estoy sentado en un cráter desierto
Sigo aguardando el temblor, en mi cuerpo
Nadie me vio partir, lo sé
Nadie me espera ♫

De días acá nuestra integridad como seres humanos y particularmente como mexicanos se nos ha estado poniendo a prueba a raíz del estiramiento muscular que nuestro país ha dado causando con ello un estrepitoso sismo. Es muy pronto para decir que hemos sorteado la valla de la desesperación y el miedo concluyendo que todo está en paz. Es muy pronto para evaluar los daños y las pérdidas pues estas siguen y siguen. Aturdidos, escandalizados y con el latir todavía muy cerca de la piel nos cuestionamos ¿qué pasó, qué perdimos, donde estuvimos, qué estamos aprendiendo? Es alentador saber que ahora mismo mientras escribo, muchos aún respiran bajo los escombros mientras delegaciones extranjeras y nacionales se abocan en la búsqueda de sobrevivientes. Por otro lado nada más peor que la existencia depersonas que mientras los muros y techos se nos venían encima, no se ocuparon de ninguna otra cosa que opinar y opinar sobre lo que debió haberse hecho, sí, de zaherir, criticar, burlar y en el más vergonzoso de los casos, comerciar con las bondades de la cooperación nacional. Y es que muchos somos excelentes para el parloteo, para hablar de más y dar cientos de dictámenes, pero somos de mente seca y miembros inútiles. Optamos por ser espectadores, de sentarnos en el portal frente a nuestras casas y ver la solidaridad de los demás. Somos de boca benevolente y alma miserable. Son nuestros pies prontos para cometer el mal pero lentos para hacer justicia. Somos poetas de labiosy acciones malignas, somos en sí malogros de un demonio echado a las tinieblas.

 

♪ Hay una grieta en mi corazón
Un planeta con desilusión ♫

 

Y en nada de esto exagero cuando digo que cientos de mexicanos siguen conformándose con arrodillarse e implorarle a sus ídolos mudos por sus semejantes sin meter una mano al bolsillo o mínimo abrir su alacena y poner en el centro de acopio aunque fuese una lata de atún.

Para muchos de los que vivimos en la parte norte de la nación sabemos lo que es la desgracia cuando la mano de la naturaleza nos bofetea. Imposible olvidar al Ciclón Gilberto en septiembre de 1988 y de Alex en julio del 2010, ambos meteoros por demás funestos y mortales. Quizá sería mucho atrevimiento la comparación, pero la devastación y el daño emocional y material que ambos dejaron en nuestras vidas es muy semejante a los sismos de 1985 y 2017.

Y es aquí cuando pasado el temblor surgen dos personajes que de ribete vienen a hacer de la desgracia algo más duradero por lo desafortunado, por no decir estúpido de sus comentarios.

El mandatario neolonés Jaime Rodríguez Calderón, también llamado El Bronco expuso:

“No hemos sido corresponsables con la naturaleza… quizá hemos sido demasiado liberales en el tema de la fe y creo que hay esas conexiones, ¿no?, de quien nos creó y quien creó la naturaleza para convivir”

 

Así lo dijo como si el estado del cabrito y de la carne asada viviese de la fe y fuese la pureza en todas sus manifestaciones, pues es bien sabido que ni el gobierno regente es incorruptible ni la ecología es notoria como para ser premiada.

 

Hoy el papa Francisco se ha ganado un sitio muy importante en la fe de los descendientes de Cuauhtémoc. Con todo y lo que el pueblo le ha dado a este hombre, inclúyanse cantidades millonarias en diezmos, ofrendas y cariños, a últimas fechas se ha empecinado en decir que todo cuanto le pasa a nuestro país, desde la invasión de los cárteles de la droga y sus derivados como ejecuciones multitudinarias, desapariciones, balaceras a casas habitación, a peatones, atracos, drogadicción, corrupción y otros cientos de acontecimientos, todo viene a causa, ya no del mal gobierno, según él, sino  a causa del engrandecido furor de Satanás hacia nuestra patria por el hecho de que la denominada Virgen Morena tuviese la ocurrencia de aparecerse por estos lares. Su aparición atrajo muchas bendiciones para los mexicanos y claro, mucho más para los ibéricos quienes sagazmente habían sembrado el milagro en la mente ideológica de los antiguos para una más efectiva cautividad espiritual.

Hoy, ya pasada la convulsión terrena, los muertos siguen apareciendo y nuevos clamores resurgiendo, sí, como igual brotan nuevas y nuevos ladies y lores en redes sociales impidiendo la ayuda, robándosela o etiquetándola para futuras campañas políticas. Empiezan a surgir camiones robados, personas desaparecidas, jovencitas explotadas y niños vendidos.

Cuando se terminen los trabajos de búsqueda de lo que dejó el temblor será cuando veamos nuestra realidad. Seguro lo superaremos. Somos un pueblo que siempre ha vivido hombro a hombro pese a la carga política en la que hemos estado inmersos.

 

♪Sé que te encontraré en esas ruinas
Ya no tendremos que hablar (que hablar)
Del temblor
Te besaré en el temblor (lo sé)
Será un buen momento ♫

Cuando pase el temblor y todo esto no sea más que un amargo recuerdo, seguiremos conservando el sentimiento de que somos buenos mexicanos  y que nunca se nos pasará ese otro temblor, el del alma, el de ver el amor al prójimo y por otro lado las malas obras de tantas personas de tergiversada humanidad. Hoy Gustavo Cerati nos dice con todo y que haya una enorme grieta en nuestro corazón al estar viviendo en un planeta de desilusión, con todo y eso tenemos mucha vida para seguir y demostrar nuestra calidad humanitaria.Adieu.

 

Mantente informado las 24 horas, los 7 días de la semana. Da click en el enlace y descarga nuestra App!