Colosio, el conciliador que sabA�a poner orden

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marzo 23 2017, 9:12 am

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CIUDAD DE MA�XICO.- Honesto. Ese es Luis Donaldo Colosio Murrieta, el polA�tico con un proyecto para la reforma del poder; una persona del desierto que llega a la campaA�a por la Presidencia de la RepA?blica y recorre el paA�s en una camioneta chica, sin mA?s patrimonio que un condominio horizontal en San A?ngel, Ciudad de MA�xico.

Sincero. Es el orador en el Monumento a la RevoluciA?n que dice con emociA?n lo que por aA�os reflexionA? y hablA? con su equipo de trabajo. SA?lo tiene una cara y una palabra. Los que hablan con A�l saben que cumple sus compromisos.

Interlocutor. Escucha a polA�ticos, intelectuales, artistas, sindicalistas, colonos, obreros, servidores pA?blicos. Tiene oA�dos para quien tenga algo que aportar. El respeto por los personajes de su A�poca es una constante.

A 23 aA�os de su asesinato, legisladores que encontraron a Luis Donaldo Colosio en su camino recuerdan al polA�tico priA�sta, reconocen sus capacidades, desde su etapa de estudiante, su paso por la CA?mara de Diputados, en la 53 Legislatura, la presidencia del PRI, la SecretarA�a de Desarrollo Social, y lo A?ltimo, la campaA�a: el tormento.

Ricardo Canavati Tafich, diputado federal junto con Colosio, compaA�ero de trayectoria y amigo, hoy de nueva cuenta legislador en San LA?zaro, destaca la honestidad del polA�tico como rasgo dominante en su personalidad.

Patricio MartA�nez, actualmente senador, recuerda al lA�der de partido y al secretario de Desarrollo Social, con quien compartiA? objetivos claros de militante y servidor pA?blico, en un entorno de sencillez, incluso insA?lito.

Alejandro Encinas, senador de izquierda, encontrA? a Colosio en San LA?zaro en 1986, ambos diputados, jA?venes, cimiente de un cambio generacional, en bandos contrarios. La apertura del priA�sta al debate polA�tico e ideolA?gico lo hizo interlocutor en un momento de ruptura del mismo PRI.

El regiomontano Canavati, una de las personas mA?s cercanas al hombre de Magdalena de Kino, Sonora, describe: a�?Como ser humano y polA�tico, Colosio es congruente, conciliador, honesto e incluyentea�?.

TambiA�n es un polA�tico a�?con suficiente fuerza, capacidad y visiA?n para transformar la realidad de los mexicanos; era sumamente sensiblea�?.

En el caso de Manuel Camacho, quien no aceptA? la candidatura de Colosio, se expresa el polA�tico conciliador, y ambos acercan posiciones hasta que dA�as antes del asesinato logra un acuerdo de sumar fuerzas, en una reuniA?n en la que el anfitriA?n es Luis MartA�nez FernA?ndez del Campo.

Canavati, quien acompaA�A? al candidato, dice: a�?Colosio se portA? muy a su estilo, franco, sincero, respetuoso. CreA� que iba en plan de sacar la neutralidad (de Camacho), y juntos lograron una buena comunicaciA?na�?.

Cuando el PRI pierde Baja California, primera derrota de una gubernatura, Colosio envA�a de delegado especial a Canavati a instrumentar la tranquilidad de los priA�stas, a�?entender lo que habA�a sucedido, en paza�?.

Por lo demA?s, a�?contestaba con franqueza, de frente. Con A�l sabA�as a quA� atenerte, y eso es algo que no se da muy frecuentemente en el sistema polA�tico; no era de dos carasa�?. Se le notaba en los mA?sculos del rostro, describe.

La candidatura a�?no fue fA?cil desde el principio, y tras el discurso del 6 de marzo, hubo reacciones casi inmediatas, de gente a las que no les causA? la mejor impresiA?na�?.

En lo personal a�?tuvo momentos sumamente tristes; pensaba que se iba a ir mucho antes Diana Laura, delicada de salud, y eso lo apagaba; veA�a a los niA�os (Luis Donaldo niA�o y Mariana bebA�), y tenA�as que verle la mirada, se le cargaban los ojos. Esa es la razA?n del Colosio sombrA�o en campaA�aa�?.

A Colosio lo llevA? al gobierno, al equipo de Carlos Salinas de Gortari, Rogelio Montemayor, coahuilense que lo conociA? en el TecnolA?gico de Monterrey, donde el sonorense era becado. El hoy senador Patricio MartA�nez GarcA�a estudiaba ContadurA�a y Colosio era el prefecto del dormitorio conocido como La Ratonera, donde se ubicaba a los estudiantes a�?mA?s chavitos y desordenadosa�?.

Patricio MartA�nez: a�?Era un estudiante muy apreciado; era el que ponA�a orden en los alumnos de La Ratonera, al pendiente de llegadas y salidas, de que los alumnos llegaran a tiempo los fines de semanaa�?.

Ajuste de tiempo, a�?lo acompaA�A� a su habitaciA?n; iba demudado, con la mirada perdida, en el vacA�o, iba ensimismado, meditabundo, no cabizbajoa�?.

Con la ruptura del PRI en 1988, se genera un distanciamiento muy profundo, y el contacto se reanuda cuando llega a la Sedesol y Encinas, otra vez diputado, preside la ComisiA?n de Asentamientos Humanos, y allA� el sonorense fue interlocutor con el Congreso, lo cual abonA? en favor de su candidatura, pues sabA�a entablar una relaciA?n con claridad y respeto a las diferencias. Su aprendizaje en la pluralidad fue intenso en San LA?zaro, plantea Encinas.

Son facetas de un polA�tico.

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