CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El impacto económico de las enfermedades degenerativas no solamente ha pegado a los sistemas de salud pública, sino también a impactado a las aseguradoras privadas y sobre todo a sus clientes, pues el incremento en las posibilidades de sufrir diabetes, hipertensión arterial, infartos al miocardio, accidentes cerebrovasculares, cáncer e incluso alzheimer, ha encarecido las primas en forma notable, especialmente después de los 65 años.
Para el mercado de seguros el aumento en las enfermedades degenerativas y en la sobrevida de los pacientes, pues en promedio se trata de enfermedades que no causan de inmediato la muerte sino que tienen una sobrevida cada vez mayor, ha hecho que el precio de las primas se eleve al igual que los deducibles por evento.
Un matrimonio de profesionistas que había pagado un aproximado al poder adquisitivo de 32 mil pesos anuales de la actualidad desde que contrató una póliza de gastos médicos mayores hace tres décadas, recibió como regalo de su aseguradora, para el cumpleaños número 65 del esposo, un incremento del 41 por ciento en su prima anual.
La explicación de la aseguradora, que ganó una queja ante Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) fue de que al llegar a los 65 años las posibilidades de tener un evento grave de enfermedad se había incrementado en la misma proporción que ellos subieron la póliza.
Y si a las aseguradoras que regulan sus precios de acuerdo con la siniestralidad, las enfermedades degenerativas cuestan más cada día, para los sistemas públicos de salud están elevando cada día el porcentaje de sus recursos utilizados debido a la epidemia de obesidad que deriva en cáncer, diabetes y enfermedades del sistema circulatorio.
En 2016 el 73 por ciento de los recursos del sector salud, conformado por el Seguro Popular, IMSS, Issste, Sedena, Semar, Pemex, entre los principales, y sobrepasó los 94 mil millones de pesos, solamente para las principales enfermedades degenerativas: diabetes, hipertensión, afecciones cardiovasculares, cáncer de mama, de próstata y cervicouterino y sus secuelas como la insuficiencia renal crónica.
Las posibilidades de que la muerte de una persona sea tras al menos dos años en promedio de padecer una enfermedad del corazón, diabetes mellitus o un tumor maligno de mama o de próstata, se han incrementado, al igual que el costo de la atención en la medicina privada, pues una cirugía a corazón abierto o la remoción de un tumor canceroso con todo y los tratamientos previos y posteriores puede costar entre dos a cinco millones de pesos.
El promedio de la aplicación de una sola sesión de quimioterapia para una paciente de cáncer de mama con metástasis es superior a los 10 mil pesos y un tratamiento completo rondaría los 60 a 100 mil pesos, mientras que el costo mensual de medicamentos para tratar la hipertensión arterial o la diabetes, no bajan de los tres mil pesos mensuales, sin contar mil pesos de consulta y los análisis periódicos, y con medicinas “de punta”, pueden costar más de 35 mil pesos al mes.
La sobrevida de un mayor de 50 años desde que se le diagnostica la hipertensión o la diabetes hasta su fallecimiento, es de unos 15 a 20 años en promedio, tiempo en que los requerimientos de atención médica y medicamentos se irá elevando y las posibilidades de sobrevida disminuyen.
El porcentaje de muertes por enfermedad del corazón, diabetes, cáncer o derrame cerebral, se ha elevado en 10 años (del 2006 al 2016) del 49 al 52 por ciento en el país y en Tamaulipas del 52 al 56 por ciento, en ese mismo lapso.
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