Ataque en iglesia ortodoxa egipcia deja 25 muertos

El ataque no fue reivindicado por algún grupo. El Ministerio del Interior no difundió una versión oficial.

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Una monja, en el interior de la iglesia donde ocurrió la explosión, en El Cairo.

El Cairo.— Los cristianos de Egipto sufrieron ayer el atentado más mortífero de su historia reciente, con 25 personas muertas y 49 heridas por el estallido de una bomba en la capilla de San Pedro, dentro del complejo de la Catedral de San Marcos, en El Cairo.

El ataque no fue reivindicado por algún grupo. El Ministerio del Interior no difundió una versión oficial.

Qelini Farag, de 80 años, fue uno de los sobrevivientes. Explicó que el estallido tuvo lugar dentro de la iglesia, en la zona reservada para las mujeres, situada a la izquierda del altar. Su versión coincide con la de un oficial de seguridad, quien dijo en condición de anonimato que la bomba fue lanzada por un desconocido dentro del templo.

Minutos después del atentado, numerosos coches de la policía llegaron a la zona del recinto eclesiástico, en el barrio de Al Abasiya, y lo acordonaron para dejar pasar sólo a las ambulancias.

Poco a poco, decenas y posteriormente centenares de cristianos coptos comenzaron a concentrarse frente a la catedral para mostrar su solidaridad con las víctimas y su indignación hacia las autoridades, especialmente contra el presidente egipcio, Abdelfatah al-Sisi, y contra el ministro del Interior, Magdi Abdelgafar, a quienes responsabilizaron del atentado.

Algunos de los gritos que corearon fueron: “Si la sangre de los egipcios es barata, que se vaya el presidente”, “con el alma y la sangre protegeremos nuestras iglesias”, “nosotros morimos, pero nuestras iglesias tienen que vivir” o “los cristianos no son minoría, somos los dueños de este tierra”.

El joven Maikel, uno de los participantes en esa manifestación, dijo: “Estamos aquí para saber cómo ha podido ocurrir y cómo ha podido explotar [una bomba] dentro de la catedral”. En Egipto todas las iglesias cuentan con seguridad en su perímetro externo.

El atentado, que conmocionó a los cristianos coptos, que representan entre 10% y 12% de la población en Egipto, es el más sangriento ocurrido en décadas, aunque muy similar en cuanto a consecuencias al registrado en 2011 en la ciudad de Alejandría. Ahí un ataque mató a 23 personas.

Al-Sisi decretó tres días de luto y subrayó: “El terrorismo está dirigido contra la patria de los cristianos y de los musulmanes. Egipto se fortalecerá ante estas circunstancias”.

El mandatario egipcio se comprometió a castigar a los agresores y a someter a juicio a todos los que, afirmó, han “incitado, facilitado o participado” en el atentado y la explosión del viernes pasado en la ciudad de Giza.

También las autoridades islámicas condenaron el ataque de ayer, cuyos autores fueron calificados de “enemigos” del profeta. La explosión tuvo lugar en un día festivo que marca el nacimiento de Mahoma y tras una noche de oración entre los cristianos por el inicio del mes de kihak en el calendario copto.

Los egipcios deben “mantenerse unidos contra la negrura del terrorismo, que busca sembrar la discordia entre musulmanes y cristianos”, declaró el gran muftí Shawqi Allam.

Hasta ayer ningún grupo asumió la autoría del ataque. El grupo armado Movimiento de los Brazos de Egipto-Hasm, que el viernes pasado reivindicó un ataque que mató a seis policías cerca de Giza, negó cualquier relación con el atentado.

México condena acción. El gobierno de México condenó, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el atentado. El Consejo de Seguridad de la ONU también lamentó el ataque. Reiteró que el terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones, “constituye una de las más serias amenazas a la paz y seguridad internacional”. La Unión Europea reafirmó su apoyo a Egipto en la lucha antiterrorista.

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