4 tipos de personas que pueden hacer de tu vida una pesadilla si no pones un alto

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No permitas que esto suceda…Por más obvio que suene, tu vida es tuya y de nadie más. Así que ninguna persona tiene derecho de decidir qué hacer con ella. Ni tus padres, ni tu pareja y mucho menos tu jefe.

Un mal jefe

Muchos jefes (no todos) son monstruos o tiranos. Algunos creen que su deber es hacer la vida lo más difícil posible para las personas. Pero si las demandas de tu jefe están empezando a extenderse a tu vida personal, necesitas poner un alto a la situación.

¿Más de una ocasión cancelaste tus planes para satisfacer las demandas de tu jefe? ¿Te llama a todas horas incluso fuera del horario de trabajo? Si es así, ten cuidado antes de que él o ella comiencen a querer controlar tu vida.

Padres controladores

Los padres tienen el propósito de guiar y decir qué deben hacer sus hijos, pero algunos rebasan estos límites. Muchos padres siguen controlando e interfiriendo en la vida de sus hijos hasta la edad adulta. La situación se agrava si todavía estás viviendo en su casa, o dependes económicamente de ellos.

Pero sea cual sea la situación, tus padres no deberían tener voz en tus decisiones. Siempre es bueno hablar sobre tus decisiones con ellos, pero la palabra final la debes tener tú.

Una pareja mandona

Estar en una relación es muy divertido. Hasta que tu pareja termina por convertirse en tu padre. No importa qué tan cercanos sean, una pareja nunca debería tener que pedir permiso a su pareja para hacer cosas, o que sus decisiones sean examinadas por la otra persona. Un adulto es un adulto, y es responsable de sus propias decisiones de vida.

Amigos tóxicos

No elegimos nuestra familia; elegimos a nuestros amigos. Los amigos se supone que son personas con las que podemos pasar el rato, olvidar nuestros problemas y compartir momentos inolvidables. ¿Pero qué sucede cuando los amigos empiezan a hacerse cargo de tu vida? Ya sea que se trate de una amiga celosa, o de la presión ejercida por un grupo de amigos, siempre es una carga.

Tus amigos no deben dictar lo que haces, con quien sales o lo que comes. Por desgracia, la presión de grupo nos puede obligar a hacer un montón de cosas que normalmente no haríamos.

No dejes que ninguna persona interfiera en tus decisiones, a pesar del cariño que sientas por ellos.