¿Vas al GIMNASIO y aún no ves resultados? Estas son las verdaderas razones

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Ir al gimnasio o hacer deporte se ha convertido en un ritual obligatorio para muchos en estos últimos años: cuidar la salud y la estética ya no ocupa un lugar secundario en la agenda de las personas, sino todo lo contrario, se ha vuelto una prioridad. A su vez, las modas fitness nos bombardean en las redes sociales y cada vez nos resulta más difícil ignorarlas y su propuesta aparentemente beneficiosa comienza a atraernos.

Además, casi inevitablemente nos topamos con fotografías de personas que atravesaron cambios radicales en su cuerpo gracias al ejercicio y que nos invitan a comprometernos de la misma manera que ellos.

Muchos afirman que van al gimnasio de manera regular, pero la realidad es que no lo hacen con la constancia necesaria. Para obtener los resultados que quieres en el gimnasio, debes mantener una rutina y respetarla: si te propones ir al menos 4 veces en la semana, asegúrate de ir 3.

Si vas de forma esporádica cuando tienes tiempo o estás motivada, nunca cumplirás tu objetivo. ¡Presta atención y no te engañes!

¿Alternas ejercicios?

Tal vez comenzaste a ver algunos resultados, pero has alcanzado un punto en el que todo sigue igual. Es probable que si te adhieres a la misma rutina de ejercicios todos los días durante mucho tiempo deje de tener el mismo efecto en tu cuerpo. Además, realizar lo mismo todos los días puede volverse muy aburrido y desmotivante, y ahí es cuando empiezas a faltar.

Por mucho que lo ignores, ”somos lo que comemos” y por más ejercicio que realices, si no te alimentas adecuadamente es muy probable que no veas resultados reflejados en tu cuerpo. Si vas de lunes a lunes al gimnasio pero tu dieta se basa en comidas calóricas repletas de grasa y azúcares, no obtendrás ningún resultado. Incorpora más frutas, verduras y proteínas magras a tus comidas y elimina las que contienen mucho azúcar y grasas.

No solo te permitirán bajar de peso sino que son esenciales para que a la hora de ejercitarte puedas rendir al máximo.

Pero, recuerda, no se trata de prohibir aquellas comidas que más disfrutas, como la pizza y los dulces: se trata de mantener un equilibrio y, siempre que puedas, tomar decisiones saludables.

Calidad, no cantidad

Puedes hacer un millón y medio de sentadillas o abdominales, pero si no lo haces de la forma correcta, serán completamente en vano e incluso peor, porque podrías lastimarte.

No es necesario que contrates tu propio personal trainer. Consulta vídeos en Internet o pregúntale a tu profesor de gimnasia, que de seguro sabrá indicarte cuál es la manera adecuada de realizar cada ejercicio.

¡Debes mentalizarte!

Esta es una de las partes más desafiantes y difíciles de alcanzar: conquistar la mente. Si desde el comienzo tu forma de pensar es negativa y todo lo que haces implica un sacrificio desgarrador, no vas por buen camino. Es muy fácil desmotivarse y abandonar todo, principalmente cuando recién empiezas. De todos modos, recuerda que esos pensamientos no te ayudarán de nada.

Cambia tu mentalidad, piensa que cada vez que vayas a entrenar, lo harás mejor que la vez anterior: levantar más peso, correr más tiempo, disfrutarlo y no lamentarlo. Otro aspecto a tener en cuenta es intentar ser lo más paciente que puedas y no pretender ver resultados luego de 2 semanas de entrenamiento. Este tipo de cambios no suceden de la noche a la mañana.

Te aseguro que si tienes en cuenta todo esto, comenzarás a ver resultados y te sentirás de maravilla. La cantidad de tiempo que te lleve depende exclusivamente de ti y cuán comprometida estés con este desafío. Cuanta mayor constancia, positividad y equilibrio mantengas, más rápido será. Además, empezará a gustarte esta rutina y en lugar de implicar un esfuerzo, será un placer cada vez que lo hagas.

Poco a poco adaptarás esta forma de vida casi sin darte cuenta y no volverás a tus hábitos poco saludables.